lunes, 31 de octubre de 2011

La inmersión lingüística del hebreo y su impulsor, Eliézer Ben Yehuda.

En las últimas semanas, la sociedad catalana ha debatido acaloradamente sobre el módelo de la inmersión lingüística en catalán, especialmente desde que el pasado 28 de Julio un auto del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) diese un plazo de dos meses al Departament d'Ensenyament de la Generalitat para que modificara el módelo educativo y se considere también el castellano también como lengua vehicular de enseñanza junto al catalán.

Este debate no es novedoso. Se ha dado anteriormente en Catalunya, en otras comunidades del estado como Euskadi y óbviamente fuera de nuestras fronteras. De hecho, a inicios del siglo XX, la comunidad judeo palestina también debatió si el hebreo debia ser la lengua vehicular de la enseñanza en las escuelas, institutos y universidades del país en detrimento de otras lenguas muy comunes entre los judios centroeuropeos emigrados a Palestina como el ruso, el polaco, el Yiddish, el Ladino o el alemán. Ese debate, conocido en Israel como "La guerra del hebreo" (מלחמת על העברית)  levantó encendidas pasiones durante varias décadas y finalmente el hebreo acabó imponiéndose.

(Eliézer Ben Yehudá, uno de los grandes impulsores del renacimiento del hebreo).

Su impulsor y uno de los grandes artífices del renacimiento del hebreo como lengua moderna fue Eliézer Yitzjak Perelman, conocido también como Eliézer Ben Yehudá. Perelman nació en la aldea bielorrusa de Luzhky el 7 de Enero de 1858. Como la mayoría de niños judíos de la Europa Oriental de su tiempo, estudió hebreo desde muy pequeño y posteriormente, en su juventud, continuó su formación académica en una "Yeshivá" o escuela religiosa rabínica. Pero, seducido por las ideas de la "Haskalá" o "Ilustración judía", nuestro joven protagonista abandonó sus estudios religiosos para recibir una formación académica secular, graduándose en sus estudios de educación secundaria en el año 1877.


Por esa misma época, influido por las recientes unificaciones de Italia y de Alemania, y por el apoyo de la Rúsia zarista a la independencia búlgara del Imperio Otomano, al igual que otros pensadores e intelectuales judíos, precursores del Sionismo político de Herzl, como por ejemplo Moshé Hess o León Pinsker, Perelman evolucionó hacía ideas nacionalistas y defendió el regreso del pueblo judío a su patria ancestral, Palestina, y la recuperación de la lengua hebrea como idioma nacional.


Finalmente, siendo consecuente con sus ideas, tras estudiar medicina en París durante tres años, Eliézer Yitzjak Perelman se estableció en Palestina con su familia en el año 1881. Se instaló en Jerusalén y al poco tiempo consiguió trabajo como profesor en una escuela vinculada a la Alianza Israelita Universal, una institución nacida en Francia veinte años antes para dar su apoyo económico y educativo a las comunidades judías de Europa del Este, del Magreb y de Oriente Medio. Allí, en Jerusalén, observando a judíos de distintos orígenes, nuestro joven profesor se dio cuenta de que, en ocasiones, la gente tenía dificultades para entenderse porque entre ellos hablaban lenguas diferentes como el Yiddish, el Ladino, el ruso, el polaco o el alemán. Perelman, partidario del renacimiento cultural del hebreo, se convenció de la necesidad de convertir esa lengua en el idioma oficial del pueblo judío tanto en Palestina como en el resto del mundo.

Perelman hebraizó su nombre en Eliézer Ben Yehudá y trazó un plan de acción para revitalizar el uso del hebreo, especialmente en tres ámbitos: en el hogar, en la escuela y lo que él denominó como "palabras, palabras, palabras" (מילים, מילים, מילים), es decir, la creación de un nuevo vocabulario científico y para cubrir todos los aspectos mundanos de la vida diaria moderna. De hecho, Ben Yehudá fue el creador de unas tres mil palabras nuevas en hebreo, como por ejemplo helado, toalla, radio o bicicleta, inexistentes en el el antiguo hebreo bíblico. Además, para difundir su uso cotidiano entre la población fue el fundador y redactor jefe de varios periódicos, como "HaZvi" (el ciervo) o "HaOr" (la luz). También escribió el primer diccionario de hebreo moderno y fue uno de los precursores de la Academia de la Lengua Hebrea.


Para alcanzar el objetivo de implantar el hebreo como lengua de uso doméstico y familiar, Ben Yehudá decidió educar exclusivamente en esa lengua a sus hijos. Su primer hijo, Ben Tzion, fue el primer niño judío en más de dos milenios que tenía como lengua materna el hebreo única y exclusivamente. De hecho, conseguirlo no fue una tarea fácil y, en ocasiones, nuestro protagonista no se privó de utilizar medidas drásticas, como enviar a su hijo a la cama si venían visitas de amigos que no hablaban en hebreo o regañar a su esposa, Débora, si le cantaba al niño nanas en ruso.
 
Antes de venir a Palestina, Ben Yehudá ya había notado el éxito de la enseñanza del ruso entre los niños de comunidades del imperio zarista que no lo tenían como lengua materna y se mostró partidario de que todos los profesores y rabinos de las escuelas religiosas y seculares de la comunidad judía de Palestina dieran sus clases en hebreo sin importar la materia: matemáticas, historia, geografía, Torah..., todas las clases deberían ser única y exclusivamente en hebreo. Él mismo predicó con el ejemplo y dio sus clases en esa lengua en la escuela donde trabajaba. En un principio, muchos amigos, vecinos o docentes se burlaron de su iniciativa y lo trataron de loco, pero el éxito alcanzado con sus alumnos fue clave para que otros profesores copiaran su iniciativa a pesar de las dificultades, como la inexistencia de vocabulario científico, verbos o sustantivos para enseñar las diferentes materias en una lengua milenaria pero a la vez nueva desde un punto de vista científico. Sin embargo, gracias al empuje de nuevas oleadas de emigrantes judíos de Europa central y Oriental a Palestina durante las primeras décadas del siglo XX, la necesidad de una lengua nacional para los miembros del "Yishuv", la comunidad judeo-palestina, se hizo evidente y el hebreo acabó por imponerse como la lengua vehicular educativa. El camino no fue fácil, pero una vez iniciado no se dieron pasos en falso. Así, en el año 1905, se fundó en Yaffo (Jaffa en árabe) la "Gimnasia de Herzilia", el primer centro educativo donde la educación se impartía exclusivamente en hebreo. Esta fórmula fue copiada dos años más tarde en la "Gimnasia de Jerusalén" y en otros centros de enseñanza. Sin embargo, el debate definitivo sobre el uso del hebreo como lengua vehicular en la educación se dio con la fundación del Instituto Technion de Haifa en 1913. En un principio, la dirección del instituto, los profesores y los alumnos acordaron que el alemán fuera la lengua de enseñanza en dicho centro, pero eso provocó las protestas de alumnos y docentes partidarios del hebreo, que llegaron a hacer huelgas y prepararon importantes campañas de difusión de sus ideas a favor de la enseñanza en hebreo. El debate acabó superando las paredes del Technión y se discutió acaloradamente durante varios años por todo el país si el hebreo debía ser o no la lengua vehicular de la educación en el "Yishuv". Finalmente, hacía el año 1918-19, al finalizar la Primera Guerra Mundial (1914-1918) e iniciarse el Mandato Británico sobre Palestina (1918-1948), los partidarios del hebreo habían conseguido imponerse y su lengua ya se había consolidado como la vehicular de enseñanza en las escuelas de primaria, secundaria e incluso en el mundo universitario, especialmente a partir de la fundación de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1925.


Eliézer Ben Yehudá murió tres años antes, en 1922. En esos momentos, como acábamos de ver, el hebreo ya se había consolidado como lengua vehicular de la enseñanza, pero todavía había gente que en la calle no lo hablaba porque prefería hablar el idioma de sus países de origen o el Yiddish, una lengua muy popular entre los judíos Ashkenazitas de la Europa central y Oriental. Los partidarios más extremistas del uso del hebreo respondieron con la creación de batallones de la lengua para combatir la influencia del Yiddish y de las lenguas extranjeras entre la comunidad judeo-palestina. Su lema era "yehudí, daber ivrit" (judío, habla en hebreo) y se manifestaron activamente durante los años siguientes para potenciar el uso del hebreo en la calle y contra el uso de nombres extranjeros en las tiendas, negocios o incluso en el cine y la música, como la llamada campaña del cine del año 1930, donde exigieron que en las salas de cine no se pasaran películas extranjeras o las que tuvieran canciones en otras lenguas que no fuese el hebreo. 

Estas campañas tuvieron un notable éxito y finalmente el hebreo también se convirtió en una lengua muy popular y de uso diario en la calle, antes incluso de la independencia del estado de Israel en 1948. 

Actualmente, es una lengua de uso común entre las comunidades judías de la diáspora y es también el idioma oficial del estado de Israel junto al inglés y al árabe. El objetivo soñado por Eliézer Ben Yehudá es ya una realidad y hoy el hebreo es el idioma nacional del pueblo judío tanto en Israel como en la diáspora.



Un pequeño vídeo del programa infantil "Shalom Sesame" (Barrio Sésamo) donde se nos resume en inglés la vida de Eliézer Ben Yehuda y su labor inagotable en el renacimiento del hebreo como lengua moderna y de uso común entre los israelíes y las comunidades judías de todo el mundo.   

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